sábado, 13 de septiembre de 2008

Existo. O la relación con un vientre azul


Me paro frente al espejo y me miro.
Giro mi cabeza,
toco mi cuello endurecido.
Me pregunto ¿qué hago aquí?
¿es posible? ¿existimos?
o acaso sólo… un cometa.

Se acercan los Delfos rumiantes,
me preguntan por una amapola,
¿existen? o acaso sólo…
un duendecillo huye.

Un árbol sangrando está.
Mi voz retumba.
Tu ausencia fluye y desaparece
en el amenazante amanecer.

Me paro frente a mi sobra.
Sonrío. Toco mi cuello.
“El borde”, digo, “era el borde aquél”.
Ya no quedan dudas…
Existimos.

*Septiembre 2008
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