domingo, 21 de septiembre de 2008

Regar a tus gallinas


Todas las mañanas, con el alba,
mi abuelo Juan se levantaba
regaba las gallinas y
les daba de comer a las plantas

Todo oscureció...
ya nadie recuerda los campos de algodón
y las paltas por el suelo

Nadie cree ya en fantasmas tristes,
ni en luces sin sombras.

Ayer estuve caminando
por una pradera muy verde,
como esos ojos que de arriba,
me miran sin ver.

El deseo fue ese:
intentarlo.
y ¿después?
sonreir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tanto tanto no me gustó Hortalizas pero me encantaría ver este poema en poetascontemporáneos, me encantó, tiene una gran ternura...

Lily