miércoles, 29 de octubre de 2008

30 mil soles


El silencio es atroz aquí.
Nadie me ve ni me escucha.
El tormento es mi única comunicación con otro mundo.

Espero, es lo único que hago,
que pasen las horas
y alguien me saque de aquí,
espero... morir, vivir, gritar, amar.

Estoy aquí… ¿por qué estoy aquí?
Sólo pensé que tal vez
era posible soñar algo para todos,
para mí y mis soles ausentes.

No. Ellos no.
Yo estoy ausente.
Sin sol, ni luna, ni adiós.
30 mil soles apagados.

Sin paz.

*Octubre 2008
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1 comentario:

Divagando dijo...

Compañero....me encanto este tributo a los ausentes, pero hay que seguir y tu lo estas haciendo con tus letras.

Un gran abrazo

Manolo Sáenz