Todas las mañanas, con el alba,
mi abuelo Juan se levantaba
regaba las gallinas y
les daba de comer a las plantas
Todo oscureció...
ya nadie recuerda los campos de algodón
y las paltas por el suelo
Nadie cree ya en fantasmas tristes,
ni en luces sin sombras.
Ayer estuve caminando
por una pradera muy verde,
como esos ojos que de arriba,
me miran sin ver.
El deseo fue ese:
intentarlo.
y ¿después?
sonreir.
mi abuelo Juan se levantaba
regaba las gallinas y
les daba de comer a las plantas
Todo oscureció...
ya nadie recuerda los campos de algodón
y las paltas por el suelo
Nadie cree ya en fantasmas tristes,
ni en luces sin sombras.
Ayer estuve caminando
por una pradera muy verde,
como esos ojos que de arriba,
me miran sin ver.
El deseo fue ese:
intentarlo.
y ¿después?
sonreir.
1 comentario:
Tanto tanto no me gustó Hortalizas pero me encantaría ver este poema en poetascontemporáneos, me encantó, tiene una gran ternura...
Lily
Publicar un comentario